“El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor”. Lc. 4,18-19
En la lectura espiritual de este texto y en general de todo el Nuevo Testamento, así como en la oración y en la experiencia práctica, hemos encontrado nuestro Carisma, es decir, el don y la llamada que constantemente recibimos del Espíritu Santo
“Seguimos e imitamos a Jesús, como nuestro único Maestro y Señor que ungido e impulsado por el Espíritu Santo realiza la obra del Padre” evangelizar, discipular y formar la comunidad cristiana.
Como el Espíritu Santo ungió a Jesús para realizar la obra del Padre, de la misma manera, el Espíritu Santo suscita esta Hermandad, nos unge e impulsa para que unidos a Cristo y a nuestros hermanos, realicemos la obra de Dios: evangelizar, discipular y apoyar la formación de comunidades cristianas con espiritualidad de la Alianza, para experimentar con fuerza la realidad de ser Pueblo de Dios.
"En la celebtación del Capítulo General de..."