Ser Discípulo de Jesús es la esencia misma de nuestra Espiritualidad.
A imitación de María, la discípula y seguidora perfecta de su Hijo, vivimos en una constante disposición de escuchar y obedecer a Jesús, nuestro único Maestro.
Dedicaremos periódicamente tiempos en comunidad a la oración espontánea de alabanza y adoración; con ello buscamos responder a la necesidad de nuestra naturaleza humana de expresar nuestra oración con todo el poder posible.
"En la celebtación del Capítulo General de..."